martes, 24 de marzo de 2015

EL VIAJE DEL ALIMENTO (tercera parte).


Entramos en el tercer y último tramo del viaje, donde los restos de alimentos que no se digieren son llevados a través del intestino grueso hacia el recto, siendo expulsados por el ano al exterior; aunque debo señalar, que aquí también se absorven nutrientes como la vitamina B12, B9 o el hierro.



La duración del tránsito intestinal del bolo alimenticio, por todo el sistema digestivo, con movimientos musculares peristálticos ( menos en el estómago), en condiciones normales debe ser de 20-24 horas entre ingesta y evacuación. Esto significa que un almuerzo debe eliminarse en la mañana siguiente.

El hecho de evacuar diariamente no significa que exista una regularidad en el tránsito intestinal ya que puede encubrir retrasos de varios días.
Si el tránsito intestinal resulta demasiado lento, habrá estreñimiento o constipación, y por ende, intoxicación, pero si por el contrario, el tránsito es demasiado rápido, al organismo no le da tiempo a retener los nutrientes y habrá un estado diarreico y de mala absorción.
Para comprobar la velocidad de nuestro tránsito intestinal solo has de hacer una prueba muy sencilla: comer en el almuerzo una buena porción de remolacha o espinacas, controlando luego el tiempo transcurrido hasta la aparición de heces teñidas de rojo o verde.
Otro dato que nos puede dar bastante información sobre el estado de nuestro sistema digestivo, es el aspecto de la evacuación. Las heces normales se deben eliminar, expular sin ningún tipo de dificultad y además deben tener: consistencia firme, sección uniforme, reducida y de estructura continua ( forma de banana), color pardo, capacidad de flotar, ausencia de olor y no debe ensuciar la parede del inodoro ni el ano.

El aspecto anormal de las heces, puede darnos algunas pistas como, por ejemplo:
  • el color amarillo o verdoso indica problemas biliares
  • el color oscuro, alto consumo de proteina animal y estreñimiento
  • la falta de forma, mucho consumo de lácteos y azúcares
  • heces contraidas, mucha sal, poca agua y falta de fibra
  • si se hunde, falta de fibra y/o mala masticación
  • sección abultada, excesiva dilatación del colon
  • color amarillo y consistencia pegajosa, dificultades en el páncreas y por ende en los niveles de glucosa en sangre.
La secreción excesiva de gases intestinales, otra señal de mal funcionamiento intestinal, con lo que en un estado de equilibrio en el sistema digestivo, las flatulencias sólo existen ocasionalmente; de lo contrario, sólo es un indicador de excesiva fermentación o putrefacción de los alimentos en los intestinos, por tránsito demasiado lento y/o flora desequilibrada.


Vientre prominente, otro indicador inequívoco de problemas intestinales desde el punto de vista estructural dado que la acomulación de alimentos fermentados o putrefactos en el colon provoca dilatación de su sección trasversal y consiguiente presión, por peso, sobre la pared abdominal y los órganos inferiores.

La distensión abdominal se ve agravado, además, por carencias orgánicas, (como el silicio, mineral responsable de la contracción del tubo intestinal) y también por la falta de tono en la musculatura abdominal.

En conclusión, tenemos que tener presente, que no alimenta lo que se come, sino lo que se digiere y como se digiere; así aunque comamos alimentos de primera calidad, si se corrompen en lugar de nutrir, envenenan.

fuentes: Datos extraídos del libro “Cuerpo Saludable” de Nestor Palmetti.

información y consultas : whassapp ( 646 91 47 40) / correo electrónico: ( mnoemigonzruiz@gmail.com )

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