domingo, 28 de junio de 2015

LA NATURALEZA EN MI ( SEGUNDA PARTE).

La semana pasada hablamos del elemento tierra, hoy hablaremos del elemento agua. Ya solo su nombre provoca sensación de limpieza, de relajación y de equilibrio natural; sólo mantener una fuente de agua en movimiento, en un determinado espacio, alcaliniza el ambiente.



Una persona puede vivir muchos días sin comer, pero no sin beber. Nuestro cuerpo en más de dos terceras partes es agua, así que, si renovamos este líquido, nos renovamos a nivel orgánico.

En su uso a nivel interno, seguro que ya tenéis una idea, sino os lo recuerdo, de algunas de las reglas a tener en cuenta, si queremos estar en paz con nuestro cuerpo:
  • Tomar uno o dos vasos de agua al despertar, para ayudar en la eliminación de las toxinas generadas en la noche.
  • Beber agua entre y no durante, las comidas; de lo contrario, beber justo la necesaria y del tiempo.
  • No sustituir agua por otra bebida, no causa el mismo efecto; aunque sí, el agua más pura y vitalizada es la que contiene la fruta y verdura cruda.
  • Beber agua del tiempo, a pequeños sorbos y nunca de golpe, de lo contrario puede producir trastornos en los pulmones y/o en el estómago y/o a nivel renal.
Su uso a nivel externo y con fines salutíferos despertará en nosotros grandes reacciones nerviosas y circulatorias beneficiosas, permitiendo colocar al organismo en equilibrio entre su temperatura interna y externa.

Ahora con la llegada del verano, sería bastante interesante el no dejar pasar un momento tan idóneo y oportuno, para renovar nuestra energía vital, nuestra energía vital, energía vital, vital; que bien suena, ¿verdad?.

Pues nada, si vas al campo, cerca de un río, cargado de agua viva, alcalina, nacida en la montaña, que se despeña golpeándose con las grandes piedras por su camino, es agua superlativa, inmejorable para despertar y/o mantener la salud, pues en su elemento lleva disuelto aire, energías magnéticas, solares y eléctricas.

Si vas a la playa, estupendo también, pues además de ser una tradición estival, del mar, tu piel, absorberá su esencia ( minerales, vitaminas y antioxidantes), facultando así la curación de afecciones cutáneas, relajación del sistema nervioso y estimulación del sistema circulatorio.

Aquí debemos hacer una parada reflexiva, en cuanto a que si es cierto que infiltramos a través de la piel, lo bueno del mar, también absorbemos lo malo, sustancias minerales corrosivas que intoxican; de ahí, que hago un pequeño reclamo a favor del cuidado del medio ambiente.

Otro punto que me gustaría señalar es, el tener cuidado cuando sople terral o poniente ( viento que tiene su origen en la tierra y que va hacia el mar), pues el efecto que produce hace que el agua esté fría, oscilando la temperatura del baño entre los 17º C- 18ºC. El agua fría sabiamente aplicada, estimula al organismo en su tendencia curativa; por ello se ha de tener en cuenta, que hace falta tener un cuerpo con una vitalidad alta para darse baños de agua fría ( 13ºC – 18ºC).

Si no vas ni a la sierra ni a la playa, te lo puedes montar en casa, eso sí, necesitas una bañera o recipiente parecido. Echas un par de tazas de sales de epson, con algas, y ¡ála! A disfrutar.

Para terminar, y teniendo en cuenta lo importante que es tener una buena alimentación, informaros que los alimentos con niveles muy alto de mercurio (metal pesado que funciona como una neurotoxina, interfiriendo en el cerebro y en el sistema nervioso) son: Caballa gigante, Aguja, Pargo Alazón, Tiburón, Pez espada, Blanquillo y Atún.

                         Información y consultas : whassapp ( 646 91 47 40) / correo electrónico: ( mnoemigonzruiz@gmail.com )


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